Estamos acostumbrados a escuchar de los labios de la Sra. Peñalver, en cada una de sus intervenciones en Plenos, medios de comunicación, etc, palabras tales como “les voy a ilustrar”.
Parece ser que la Sra. Peñalver, se cree por encima del bien y del mal. Cree que está en posesión de la verdad absoluta y desprecia constantemente las opiniones contrarias a la suya.
No se da cuenta que en democracia, existen discrepancias, opiniones diferentes y encontradas y que cada uno puede defender la que entienda más acorde a su ideología o creencias, sin que por ello deba ser insultado o tratado de cobarde, de absurdo o de hacer interpretaciones malintencionadas.
Ilustrar, Sra. Peñalver, es instruir, educar, enseñar, formar.
Para poder ilustrar hay que ser un ilustre, es decir, y según las definiciones de la Real Academia Española de la Lengua, una persona de distinguida prosapia, insigne o célebre.
Es aquí donde empieza su error.
Ud. se cree una persona ilustre, porque intenta aleccionar o enseñar, tiene ese afán de intentar ilustrarnos sobre sus conocimientos que considera superiores a los de los demás
Sin embargo, para nosotros es más bien una demostración de soberbia, porque creyéndose superior a los demás, intenta despreciar y humillar, con sus actitudes y palabras.
Se dice que la soberbia sabe bien que si enseña la cara, su aspecto es repulsivo, y por eso una de sus estrategias más habituales es esconderse, ocultar su rostro, disfrazarse. Unas veces se disfraza de sabiduría, de lo que podríamos llamar una soberbia intelectual que se empina sobre una apariencia de rigor que no es otra cosa que orgullo altivo.
Hay ocasiones en que la soberbia se disfraza de afán de enseñar o aconsejar, propio de personas llenas de suficiencia, que ponen a sí mismas como ejemplo, que hablan en tono paternalista, mirando por encima del hombro, con aire de superioridad.
En lo único que Ud. ilustra es en malos modales, desprecio, altanería o prepotencia.
Lo demás, Sra. Peñalver son interpretaciones sesgadas, de una realidad virtual que Ud. misma se ha creado y que considera la única verdadera y absoluta.
Sra. Peñalver, en política, como en la vida hay que tratar de ser más humilde y aceptar la crítica.
Ganar terreno a la soberbia, con la humildad, es clave para mantener un trato cordial con las personas, para no creerse superior a los demás, para no intentar aleccionar o instruir a nadie.
Es la clave para ser, ante todo y sobre todo PERSONA.

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