Por Vicente Bernabeu

Escuchar un mitin en período electoral es un acto que podríamos calificar de normal; fuera de ese período, es una excepción. O así ha venido siendo, porque ahora parece que la excepción se ha convertido en regla. Desde su llegada a la alcaldía, el equipo de gobierno de Ibi ha hecho uso y abuso de los medios de comunicación públicos, tanto de la radio como de la televisión, así como de algunos que podríamos calificar de “concertados”, aunque de estos últimos no vamos a tratar en este momento.

El pasado viernes, Doña Maite Parra (de ahora en adelante: “esta alcaldesa”) volvió a irrumpir en Radio Ibi para, durante casi una hora, hablar sin decir nada nuevo, y es que ya es norma de “esta alcaldesa” hablar a sus ciudadanos cuando nadie puede responderle, ya sea mediante la radio, el último turno de palabra de los plenarios, los actos institucionales, etc.

Empezó hablando de la implantación de la Ley de la Dependencia, dando unos datos que en absoluto coinciden con los que obran en poder de la Plataforma, aún cuando estos están facilitados por los Servicios Sociales del ayuntamiento de “esta alcaldesa”. Como son tan dispares, nos dice a los ciudadanos ibenses que informará a la Plataforma de los datos correctos, que son los que maneja Conselleria y que están certificados por técnicos.

Sin saber como, “esta alcaldesa” se las apañó para enlazar todo lo anterior con los logros de su amiguito Francisco Camps. “Nadie ha hecho por Ibi lo que ha hecho él” (esta alcaldesa dixit), a saber: el Palacio de Justicia (sufragado por Ibi y del que ya llevamos pagados más de 140.000 euros de cuotas de préstamo, además de luz, agua, y mantenimientos varios), dos institutos (los mismos que ya teníamos y en el mismo lugar), Plaza de los Reyes Magos (inaugurada dos veces y donde la fuente no ha conseguido el efecto pretendido), Colegio Cervantes (que se encontraba en estado lamentable, y al que la Generalitat, haciendo dejación de sus obligaciones, no permitió su adecuación a la Logse hasta que nuestro ayuntamiento estuvo gobernado por sus acólitos), segundo Centro de Salud (que si no llega a financiar el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero con cerca de un millón de euros, se hubiera visto reducido al solar donde se ubica), Casa de los Reyes Magos (que, hasta hoy, ha sido pagada igualmente por el gobierno de Rodríguez Zapatero); conducciones de agua y pavimentado de aceras en el Barrio de Campos-Mirasol (que, de momento, es una declaración de intenciones, pues del Plan Con-fianza sólo tenemos -por ahora- su publicidad) e instalaciones deportivas (las que ellos mismos dejan que sean cerradas por desidia y que, en parte, se están financiando con el Plan E de José Luis Rodríguez Zapatero). Es necesario decir que de todo esto, unas cosas las oí y otras las fui recordando mientras la escuchaba hablar.

Se refirió a las inversiones efectuadas en nuestro pueblo con los 4,2 millones de euros del Plan E, incidiendo una y otra vez en que nos corresponden por ley. Efectivamente, nos corresponden por ley, una ley que ha implantado el gobierno socialista, sin distinguir el color político de los ayuntamientos. ¿Acaso puede decir lo mismo de nuestra Generalitat?

Por si todo ello fuera poco, vendió como logros propios las obras realizadas en el Barrio de la Dulzura y la cubierta del Centro Cultural de la Villa, cuando ambas están financiadas con los fondos del Plan E.

Para terminar su intervención, insultó a la oposición repetidamente, nos recordó que es muy franca, y volvió a mentir públicamente acusando a la oposición de haber denunciado la posible irregularidad del cese de Ana Sarabia, cuando ella sabe demasiado bien que la denuncia parte de círculos cercanos a su partido. Se permitió seguir mintiendo al decir que fue la oposición quien puso cifras a las posibles sanciones, cuando eso está totalmente regulado por ley; olvidando que los únicos que se permiten poner cifras orientativas en litigios contra el ayuntamiento son ellos mismos, como ya hicieron en la posible indemnización de la constructora del cerro de Santa Lucía.

Al borde de la finalización del mitin, que no entrevista, le quedaba un punto que tocar: el de la VALLA de su chalet. Justificó su propio incumplimiento de la ordenanza insultando y amenazando a la oposición, y recomendando que devuelvan sus títulos académicos, cuando a “esta alcaldesa” parece que le hayan dado el suyo en una tómbola de feria.

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