Un célebre proverbio chino nos dice que “cuando soplan vientos de cambio, algunos levantan muros y otros construyen molinos”. No se me ocurre una frase más adecuada para describir la situación actual en España.

En respuesta a la crisis provocada por el Covid-19, el Gobierno ha puesto en marcha una Comisión para la Reconstrucción Social y Económica, en la que están incluidas todas las formaciones políticas. El objetivo de esta comisión es recabar propuestas y debatirlas entre todos, de tal forma que las medidas resultantes tengan el mayor consenso. Esto es “construir molinos”. Intentar sabotear dicha comisión con el constante vertido de descalificaciones, reproches y circo mediático, es “construir muros”.

El gobierno ha puesto a disposición de las comunidades autónomas un total de 24.500 millones de euros, el mayor desembolso de recursos jamás aprobado para las autonomías. De ésos, 16.000 millones corresponde al Fondo no reembolsable, destinado a que las comunidades autónomas puedan combatir los efectos de la pandemia, como financiar el incremento del gasto sanitario (9.000 millones), compensar la caída de ingresos (5.000 millones) y sentar las bases de la recuperación económica y social (2.000 millones). Son transferencias directas, es decir, las comunidades no deberán devolver este dinero, no les incrementará la deuda ni les generará intereses. Funcionan como ayudas, no préstamos, como ocurrió en la anterior crisis, en la que el Gobierno del PP daba créditos que posteriormente reclamaba. Sin duda, esto es un claro ejemplo de lo que supone “construir molinos”.

Por otro lado, están aquellos que desde un inicio de esta crisis sanitaria decidieron “construir muros”, barreras que separan y enfrentan, en forma de crispación, bulos, agitación social, insultos e instrumentación del dolor. Esos mismos, que llevan hasta el extremo de la vehemencia la crítica destructiva, sin aportar ni una sola propuesta, ni una sola alternativa. Aquellos cuya deslealtad institucional les hace ver esta crisis como una oportunidad para sus aspiraciones políticas. No lo digo yo, lo dice el New York Times, que destaca que el gobierno de España es el único que está luchando contra esta pandemia y al mismo tiempo está siendo atacado “con singular ferocidad” por la oposición, que no duda en utilizar para este fin “bulos” y “reclamos macabros”.

Si la sabiduría china se hace patente en el proverbio citado, de igual manera el CIS de abril plasmaba el sentido común de los ciudadanos españoles, que en un 88%, solicitaban a los políticos que dejaran de lado sus diferencias durante la emergencia sanitaria. Los españoles piden “construir molinos”, pese a que una parte del espectro político se empeñe en hacer oídos sordos y dinamitar todo aquello que no sea los muros que ellos mismos construyen.

Sergio Carrasco Martínez

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