27 de noviembre de 2015

Mientras usted está leyendo este artículo, miles de mujeres en España, y qué decir del resto del planeta, están siendo maltratadas por sus parejas y exparejas. Están sufriendo insultos y vejaciones por el mero hecho de ser mujeres. Sí, aunque no lo crean, es cierto. Esta es la triste realidad en la que vivimos los seres humanos. Y aun así, mucha gente es capaz de jactarse de decir que vivimos en un mundo moderno, preparado y distinto al de nuestros antepasados.

En los últimos años, hemos ido viendo como “el Gobierno ha usado la crisis económica como excusa para desmantelar las políticas de igualdad” afirma la Secretaria de Igualdad del PSOE, Carmen Montón, aquellas que tanto habían costado de aprobar en legislaturas pasadas. Desde 2011, a las mujeres se les ha recortado su capacidad económica y sus derechos a la vez que se les ha ido cargando sobre sus espaldas todo el peso de los cuidados que se han suprimido del Estado del Bienestar.

Pero por si fuera poco, el maltrato del Gobierno hacia las mujeres se ha desarrollado en cuatro grandes frentes. En primer lugar, destacamos la desaparición de organismos y políticas específicas en materia de igualdad, las cuales han sufrido un duro retroceso.

Por otra parte, la disminución de la partida para igualdad y lucha contra la violencia de género en los Presupuestos Generales del Estado ha sido algo sistemático. Se ha recortado un 33% en general y un 22% en la lucha contra la violencia de género, un recorte inadmisible cuando desde 2012 hemos visto como el número de mujeres maltratadas ha ido en aumento.

En tercer lugar, el Gobierno ha aprobado una serie de reformas que en su fondo llevan marcado a fuego el menosprecio hacia las mujeres. Entre ellas destacamos la reforma laboral, la reducción de puestos de trabajo en el sector público, el adelgazamiento del Estado del Bienestar o el desmantelamiento de los servicios públicos esenciales afectando todas ellas a la igualdad entre hombres y mujeres.

Finalmente, las reformas ideológicas que el Gobierno de Rajoy ha llevado a cabo durante su legislatura han sido las que más han aumentado la brecha de género. La ley de educación, la reforma del Código Penal, el anteproyecto de custodia compartida impuesta o la reforma de la Administración han supuesto un enorme retroceso en derechos de ciudadanía de las mujeres. Es más, España ha caído 19 puestos en el informe sobre la brecha de género que realiza cada año el Foro Económico Mundial.

Pero por si todo esto fuera poco, desde 2011, las mujeres se han visto amenazadas de reducir sus derechos, de disminuir su consideración como ciudadanas o de relegarlas a personas tuteladas con leyes tan sangrantes como la de la reforma del artículo 13 de la Ley del Aborto. Como todos y todas sabemos, esta reforma lleva a las mujeres más vulnerables a jugarse la vida para poder decidir sobre su propio cuerpo, sobre su propia vida y su propio futuro.

Pero por desgracia, la situación no sólo queda en esas amenazas. Sino que debido a estas y a la desprotección que sufren las mujeres, este año, hasta finales de agosto, son casi treinta mujeres las que han sido asesinadas, uno de los veranos más trágicos desde hace varios años. ¿Por qué? ¿Cuáles son las causas de esta trágica situación? En resumen, ¿Se está haciendo algo para evitarlo? No. De todas las asesinadas, tan solo cuatro denunciaron, y dos de ellas pidieron medidas de protección. Lo que significa que dichas medidas han de ser revisadas porque es inadmisible que las mujeres valientes que se atreven a denunciar su situación y que, además, solicitan protección no se las proteja y sean, también asesinadas.

Por otra parte, otro de los datos significativos que muestran las estadísticas es que entre 2013 y 2014 ha habido un repunte de casi 2000 denuncias más. Algo que podemos interpretarlo de dos maneras diferentes. La primera, y algo más esperanzadora, es que cada vez son más las mujeres valientes que se atreven a denunciar que están siendo maltratadas. La otra, que cada vez sean más las mujeres maltratadas. Esperemos que la interpretación correcta y verdadera sea la primera, que en cualquier caso no deja de ser preocupante.

Pero lo que es algo intolerable es que de las 33.166 órdenes de protección que se solicitaron, el 43,4% fueron denegadas. Estos datos nos llevan a tener que pedir explicaciones a la justicia de porque casi la mitad de las mujeres que pidieron ayuda no se les concedió, abocándolas, así, a una situación de incertidumbre y miedo por poder acabar en la tumba en poco tiempo.

Creo que los datos aquí expuestos no son ni esperanzadores ni enorgullecedores, sino todo lo contrario. Como sociedad deberíamos avergonzarnos y reflexionar sobre nuestro futuro. Yo, como ser humano siento que algo en esta sociedad está fallando. Cuando los seres humanos se matan unos a otros por el mero hecho de no pensar igual, de que su aparato reproductivo sea diferente, del color de piel o de hacia quién deben dirigir sus sentimientos amorosos es que las cosas no funcionan. La mayor diferencia entre los seres humanos y el resto de animales es que tenemos la capacidad de pensar, pues parece ser que toda esta clase de seres que se dedican a asesinar a todos y a todas los que son diferentes a ellos no los podemos catalogar como ser humano porque una persona que piensa nunca se atrevería a hacer estas barbaridades.

Ya es hora de cambiar la situación. Son demasiadas las vidas perdidas por seres irracionales. Acabemos con esto. Hoy, 25 de noviembre, día internacional contra la violencia machista queremos unir más que nunca nuestras fuerzas para que se nos escuche, nosotros y nosotras estamos en contra de la violencia machista y no toleraremos que muera ni una sola mujer más. No vamos a mirar para otro lado intentando que el problema desaparezca, no, no somos así.

¡Basta ya de violencia contra las mujeres! ¡Basta ya de asesinatos sin sentido!

Fuente: Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.

Rubén Martínez Ribera

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