Salmerón
A pesar de ser una de las figuras intelectuales y políticas más relevantes del siglo XIX español, Nicolás Salmerón Alonso (Alhama de Almería, 1837-Pau, 1908) es un ilustre desconocido cuando acaba de cumplirse el centenario de su muerte. Aquel presidente de la Primera República, que en 1873 dimitió de su cargo porque se negó a firmar unas sentencias de muerte, atesoró una de las trayectorias más representativas de un agitado siglo. Salmerón fue catedrático de Universidad, ministro de Gracia y Justicia y presidente del Congreso de los Diputados y de la República. Pero su vida estuvo también salpicada de exilios, cárcel y represiones de todo tipo. “En cualquier caso”, señala la historiadora María Carmen Amate, “siempre puso su imperativo moral, la ética, por delante de otras consideraciones de conveniencia, egoísmo u oportunismo. Su vida fue la renuncia constante de un hombre íntegro, un símbolo de la Institución Libre de Enseñanza y, prueba de ello, la encontramos en su lucha contra la pena de muerte o contra la esclavitud. Por todo ello resulta escandaloso que Salmerón sea un presidente olvidado para la mayoría de españoles”.
Para recuperar la memoria del filósofo y político almeriense, Amate ha escrito una biografía-cómic en colaboración con el dibujante J. M. Beltrán, titulada Nicolás Salmerón. La vida de un presidente de la República española.

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