Es preocupante cuando el presidente de la Generalitat, las escasas veces que comparte mesa y mantel con los empresarios de la provincia de Alicante, en lugar de hablar de los problemas que afectan a los distintos sectores y tomar nota de las medidas que se reclaman para hacer frente a la crisis, se limite a quejarse del Gobierno de España, tratando de ocultar que las competencias y las decisiones en materia de empleo, educación, sanidad y un largo etcétera están transferidas a la Comunidad y son competencia exclusiva de la Generalitat.
¿Qué aporta esta actitud del Consell al tejido económico, a los empresarios, a los emprendedores, a los trabajadores, a las personas desempleadas? No aporta nada, sirve únicamente para aplazar los problemas, olvidando que la gravedad de los mismos aumenta en extensión y provoca que el esfuerzo tenga que ser mayor. Porque tarde o temprano tendrán que abordarse y tendrá que ser la Generalitat quien deba resolverlos, por ser la única Administración legitimada para hacerlo, o ¿es que espera el Conselll que le retiren las competencias para que otros resuelvan los problemas?
La ausencia de iniciativas políticas y de una estrategia bien definida, real, con financiación suficiente para luchar contra la crisis económica por parte del Consell, así como la insuficiente inversión pública en infraestructuras demandas desde hace más de una década, junto con el deterioro de los servicios públicos básicos, se ha convertido todo ello en un factor acelerador y agravante de la crisis. La inactividad es crónica en el Consell.
No podemos fiar todo el despegue económico de la provincia y de la Comunidad a las inversiones del Gobierno de España, que está firmemente comprometido con el progreso de esta Comunidad y de la provincia, como ha demostrado con las inversiones realizadas en las infraestructuras de transporte. Lo estamos viendo en la modernización de la red de carreteras del Estado, el nuevo aeropuerto y la inminente llegada del AVE a la provincia, inversiones que, junto a otras, han requerido de un gran esfuerzo que no hubiéramos podido realizar por nosotros mismos. Pero es importante, llegados a este punto, implementar las políticas para que las inversiones se hagan rentables desde el punto de vista económico y social, y ello significa que la Comunidad debe de estar preparada.
Disponemos de fortalezas para la recuperación económica y volver a crear empleo, tenemos una posición privilegiada dentro del arco mediterráneo y a ello debemos de sumar el carácter dinámico y emprendedor, un rico tejido industrial, una dilatada experiencia empresarial, una prestigiosa red de universidades públicas, una innata capacidad para descubrir nuevos mercados y una acreditada capacidad para la innovación. La actividad agraria, la industria agroalimentaria, aportan desde el punto de vista económico y social, equilibrio territorial y sostenibilidad medioambiental. Nuestro modelo turístico, los espacios y productos, la diversificación de nuestra oferta dan sentido y respuesta a todas nuestras potencialidades, teniendo una capacidad innata para combatir la estacionalidad y el desarrollo territorial.
La realidad es por tanto muy distinta a la que nos dibuja el Consell, más preocupado y ocupado en ocultar su falta de capacidad y de liderazgo, que inmerso en las oportunidades que tenemos delante.
¡Cuánto hemos arado hoy!, le dijo la mosca al buey. La mosca en realidad se había pasado el día intentando hacer fracasar, distraer, entorpecer al noble animal, más ocupado en hacer su trabajo que en protegerse de los ataques del insecto.
Unos trabajan, proponen e invierten, y otros se suben al lomo.
Ana Barceló Chico, Secretaria General del PSPV-PSOE de la Provincia de Alicante