Tras el Pleno Ordinario de este mes de febrero, celebrado el pasado lunes día 6, hemos asistido a un revuelo, no sé si inducido o no, que me ha llamado poderosamente la atención.

En ese Pleno se debatieron temas muy importantes. Temas de gran relevancia tanto económica como de gestión para nuestro Ayuntamiento. Concretamente el punto tercero trataba, textualmente, sobre la “Imposición de penalidades de demora en el Teatro Rio, así como, resolución del Recurso de Reposición contra la suspensión de la aprobación de la Certificación nº 35”.

En este sentido, he de manifestar en primer lugar que la penalización de 1.200 euros diarios por cada día que excediese de los 14 meses previstos para acometer la obra, se la autoimpuso la misma empresa para puntuar más que el resto de candidatas. Fue algo decisivo para su adjudicación.

Se debatió nada más y nada menos si teníamos que cobrarle a INTERSA (empresa que nos ha construido el Teatro Río) la friolera de 1.815.600 euros en concepto de penalidades por haberse retrasado injustificadamente 1.513 días en la terminación de tan importante obra. En este fondo estábamos todos de acuerdo; sin embargo no lo estábamos tanto en las formas.

El cobro de tan importante cantidad ahora va a resultar difícil, dada la situación que la empresa atraviesa que -salvo error- se encuentra en pre-concurso de acreedores (paso anterior a lo que antes se denominaba “suspensión de pagos”).

Tras años de hacer caso omiso a las preguntas del Grupo Municipal Socialista, en el sentido de “¿Van a penalizar a la empresa según ampara el contrato, a razón de 1.200 euros por cada día de retraso? Miren ustedes que llevan muchísimo retraso en la obra…”, ahora se acuerdan de reclamar la penalización, ahora que poco o nada podremos hacer. El saldo que arroja a favor del Consistorio, una vez deducidos los avales en poder del Ayuntamiento y la certificación núm. 35 y final –que asciende a 378.459,44 euros- es de nada menos que 1.225.221,80 euros. El gobierno se acuerda ahora de esto, alegando que un informe –que todos desconocemos- del señor Secretario dice que las penalizaciones no se pueden compensar salvo que sea la certificación final de obra. Esta alcaldesa es consciente de que eso no es del todo cierto, puesto que mientras dura la obra, si se constatan retrasos se puede rescindir el contrato o aplicar las penalizaciones correspondientes si no se cumple el calendario de obras previsto. Se trataría, en todo caso, de una actuación que cualquier ciudadano llevaría a cabo en cualquier obra de su domicilio particular. En Ibi, en cambio, el Partido Popular, tras dos años de retraso, le adjudica a Intersa el equipamiento del teatro (otros 2.294.211,32 € según proyecto).

Sin embargo, todo lo anterior parece haber pasado desapercibido, mientras que un asunto de protocolo como lo es el de las invitaciones que recibimos los concejales para las actuaciones del Teatro Río o del Centro Cultural de la Villa, ha merecido toda la atención ciudadana. Desde aquí reitero lo que ya dijo en el Pleno mi compañera y portavoz Susana Hidalgo: los concejales del PSPV-PSOE no queremos que nos regalen las entradas, siempre hemos devuelto las que no hemos usado y nunca las hemos cedido a terceras personas. A todos aquellos que han difundido recientemente cifras y datos inciertos, por mera propaganda política, me gustaría preguntarles si acaso no se dan cuenta de que cuando se representa una obra amateur (no todo son espectáculos de profesionales) en el Centro Cultural y hay tan sólo una treintena de espectadores, buena parte de ellos son concejales.

Por favor, ¡abramos los ojos!

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5 COMENTARIOS

  1. La generosidad solo es bienvenida en época de elecciones. Abramos los ojos a la hora de votar, porque lo importate es el voto, aunque la gente se ciegue por las siglas y las buenas palabras de cara a la galeria.

  2. Creo que llevas toda la razón, pero entiendo que incluso el derrumbe del Cine Río sería una minucia frente a otro asunto al que creo que se le presta muy poca atención.
    Hace una semana el gobierno de Rajoy sacó su reforma laboral. Reforma que ha hecho que el sr. Rosell (jefe de los empresarios) tenga que pedir seriedad a sus contertulios para que no se note la alegría interna que sienten, Y aplaudida mayoritariamente por los medios de comunicación controlados por el PP, y por algúnque otro “trabajador” que quizás ni siquiera se la ha leído.
    Hasta donde yo he comprendido, a partir de ahora prácticamente se quedan sin efecto los convenios colectivos. O sea que te pueden ofrecer un puesto de trabajo por el salario mínimo (641 euros). Se abarata el despido, se puede ascender a un trabajador pero no hay obligación de pagarle más en razón de la mayor responsabilidad, se crean trabajos con contrato en practicas a razón de 480 euros mes y prorroglables (te puedes pasar un año enseñándote a pintar paredes, el siguiente enseñándote a pintar puertas… ).
    Además, la empresa puede adoptar medidas en las condiciones de trabajo o en despidos de trabajadores, en razón de JUSTIFICAR MENOS VENTAS. Ni siquiera debe de tener pérdidas, sólo vender menos. Puede ser que una empresa vaya magníficamente pero durante dos o tres meses venda algo menos. Pues palo para sus empleados.
    Y lo que me preocupa, es la tranquilidad con la que los trabajadores han aceptado esta reforma. Con quienes he hablado ni las conocen, ni les preocupan ni saben siquiera que en las capitales hay convocadas protestas para el domingo.
    ¿Por qué esta tranquilidad?. Los que están trabajando tienen que estar intranquilos. Hay mecanismos para que en pocos meses hayan perdido los derechos que tienen por antigüedad. Los que no trabajan que no esperen creación de puestos de trabajo. Dentro de un poco tiempo el contrato indefinido habrá desaparecido (en mi opinión), y el trabajo será más precario y menos remunerado.
    Y la comisión europea diciendo que debemos trabajar más años y pagarnos un plan de pensiones complementario. Supongamos que no me pagan el salario mínimo, y que en un alarde de generosidad mi jefe me paga mil euros. Que venga cualquier comisario europeo a decirme como me visto, compro comida, pago el alquiler, luz, agua, y encima un plan de pensiones. Y me compro coche y hago turismo para sostener estas industrias.
    Esto sí que es vital.

  3. No es que el caso de las entradas “gratuitas” para los concejales empañe todo lo demás, lo que ocurre es que no nos enteramos de cuándo se retransmiten los plenos en nuestra maravillosa televisión local y evidentemente muchas cosas del pleno quedan filtradas y en diversos medios se publican sólo ciertas cosas. Evidentemente el tema del Teatro Río es un problema del cual no vamos a obtener soluciónm puesto que ese dinero… no lo vamos a oler.
    Y es así… es igual que lo del Palacio de Justicia… nos lo van a abonar?

  4. Tristemente a mucha gente no le interesa el fondo de la política, le interesa el cotilleo, la comidilla de esa semana en plazas y mercados…y así nos va; además el PP lo sabe y es experto en desviar la atención, esta vez a sido con las entradas del teatro y a este respecto puedo prometer y prometo que nunca me han regalado ninguna entrada y supongo que a nadie más, es más, una mañana en el despacho del grupo socialista Antonio Martos, sabiendo que yo iría al teatro (con mi madre, como muchos viernes) se quedó con dos entradas, una para Susana Hidalgo y otra para María José Gómez (muy asiduas también) y devolvió las demás. No se me olvida porqué pensé: pues ya me las podía dar a mi que ha oído que voy con mi madre! Pero enseguida entendí que la ética de los concejales socialistas de Ibi está por encima. Podría citar más ejemplos, como el día de Xavi Castillo, que entré gracias a la presidenta de la Asociación de Amigos y Familiares de Enfermos de Alzheimer, porque a los concejales del PSOE no les dieron ni una sola de sobra (humor rojo a parte) y muchas más. Ni qué decir tiene que en la mayoría de actividades teatrales la representación de concejales de la derecha era nula, mientras que Susana o Basseta (con quien coincidía mucho en caja comprando entradas para su esposa e hijas) no se perdían una, eso lo sabe cualquiera que frecuente la Casa de la Cultura, cosa que no hacían ni Granero, ni Santoyo, ni Esa Alcaldesa, ni ninguno (excepto en la Semana Solidaria, Gómez-Borrero incluida) por eso se osan hacer demagogia con semejante tontería.

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