Por Susana Hidalgo Vidal
A priori no pasa nada, tan sólo queda en la conciencia de la Alcaldesa el abuso de los servicios públicos en beneficio propio.
Cuando una concejal de la oposición (la que escribe estas líneas) pregunta en un Pleno por este suceso, los compañeros de gobierno de la señora Alcaldesa optan por el sufrido “no saben, no contestan”.
La pregunta salta de inmediato a la calle y los ciudadanos se preguntan si en realidad es un bulo de la oposición, o es cierto que se confunde el poder de gestión, con el poder de utilización de aprovecharse personalmente de los servicios públicos, sin además pedir disculpas y aceptar que, a algunos, el poder les queda grande.
Acto seguido, la Alcaldesa comunica en prensa que tuvo que salir de viaje en el coche oficial por que tenía que acudir a la procesión de Semana Santa, y el autobús que viajaba a la estación de esquí en Francia, salió un día antes de la procesión. Varios concejales, tanto de la oposición como del gobierno, acudieron a la procesión y seguidamente se incorporaron a sus viajes previstos, reuniones familiares, etc, con su vehículo particular, en autobús, molestando a algún amigo, etc. Con lo cuál la pregunta queda respondida pero no cuela.
Ante la respuesta afirmativa de la señora alcaldesa, que sí utilizó el coche oficial para irse a esquiar, en el siguiente Pleno, desde la oposición hicimos un ruego al equipo de gobierno, en el que incluimos por supuesto a la señora Alcaldesa, que se encontraba de baja por un malogrado accidente en las pistas de esquí. El ruego insiste al equipo de gobierno en que no debe permitir el abuso de los servicios públicos que pagan todos los ciudadanos para privilegios y en beneficio personal. Este tipo de acciones son las que merman considerablemente la salud democrática y alimentan el desprestigio de una labor de gran dedicación como es la de gobernante, bien pagada por cierto con los impuestos de los ciudadanos.
¿Y que pasa entonces?
Pues que la concejal Dña. Ana Sarabia, en un ejercicio de improvisación pura y dura, defiende lo indefendible y dice que el viaje de la señora Alcaldesa a la nieve es, nada más y nada menos, que un viaje de trabajo, de representación del Ayuntamiento y en calidad de máxima responsable en un viaje organizado por el Ayuntamiento.
Creemos que esta justificación es un insulto a la inteligencia humana, una falta de respeto al sentido común. Esperemos que esta situación no se vuelva a repetir. En ese supuesto, preguntaremos en el Pleno, pero también en los juzgados. Como concejales de Ibi, esto es un derecho que tenemos y además, una obligación.

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