Por Juan Torres López,  Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Málaga

Desde hace unos años, las autoridades económicas han indicado la subida de precios (la inflación) como principal problema que hay que combatir.
Es un asunto grave, pero detrás de las políticas que proponen para evitarla, hay truco.

Los economistas y políticos neoliberales (de derecha) apuntan dos causas como los causantes del aumento de los precios:

  1. La excesiva circulación de dinero (si hay más dinero pierde valor y necesitamos más para comprar lo mismo).
  2. El aumento de los salarios (que obliga a las empresas a subir los precios de los productos para compensarlo).

Para hacer frente a esas dos causas de la inflación proponen dos tipos de medidas:

  1. Subir los tipos de interés (el precio del dinero). Si el dinero es más caro se piden menos préstamos y es se gana más con el dinero ahorrado (mejores intereses), por lo que hay menos dinero circulando.
  2. Controlar los salarios. Las empresas no se verán obligadas a trasladar esa subida los precios.

Parece que estas medidas son de una lógica aplastante, pero detrás de ellas hay elementos que conviene tener en cuenta para entender su verdadera naturaleza.

Empecemos por sus consecuencias inmediatas.

  • ¿Quién gana con esto? Cuando se elevan los tipos de interés, los poseedores de dinero (y sobre todo los bancos) reciben más renta y cuando se controlan los salarios aumentan los beneficios para las empresas.
  • Esa política permite controlar la inflación, pero a costa de reducir la marcha de la economía.

a) Las empresas que necesitan créditos para continuar con su actividad económica tienen que soportar  mayores costes financieros y eso les lleva a disminuir su actividad.
b) Los consumidores, que ven cómo sus rentas pierden poder adquisitivo y que se encarecen los créditos, reducen sus compras.
c) Así bajan las ventas. Las empresas venden menos y necesitan menos trabajadores, que se quedan en el paro.

De esta forma los precios bajan o se mantienen, pero a costa de frenar la economía, aumentar el desempleo, de frenar la inversión…

Resulta que a los que más dinero tienen, los que proponen estas políticas,  no le viene nada mal que haya menos actividad económica y, sobre todo, que se pierda empleo.
Ellos siguen teniendo el dinero, cuanto más paro hay, más fácil es negociar las condiciones laborales y salariales del trabajador y, en suma, que puedan aumentar los beneficios a su costa.

¿Se comprende ahora por qué los políticos y gobiernos neoliberales han convertido a la lucha contra la inflación en el eje de todas las políticas económicas?

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