Por Antonio Martos

Con los impuestos se puede actuar de muchas maneras: incrementar de forma moderada y progresiva la recaudación de impuestos con el objetivo de mantener todos los servicios que debe atender la administración o subir los impuestos de forma exagerada y desproporcionada en el primer y segundo año de legislatura para después, en los dos años anteriores a Elecciones, anunciar pequeñas bajadas que buscan el voto fácil pero que no compensan ni de lejos las subidas de los primeros años. Este último caso es el que aplicó el Partido Popular de Ibi cuando incrementó el impuesto de circulación un 17%, la tasa de basura un 38% en dos años, la tasa para presentarse a oposiciones en Ibi entre el 400% y el 600%, las tasas por hacer uso de la piscina climatizada un 74,5%, al subir el Impuesto de Bienes Inmuebles en Ibi entre un 36% y el 200% desde 2005 hasta hoy,…y los mayores incrementos porcentuales en este impuesto no los han sufrido precisamente los propietarios de grandes mansiones. Como insulto a la inteligencia, el PP, dice que bajó un 2,5% el I.B.I. en 2009 y proclamó a los cuatro vientos que el Partido Popular es un partido que baja los impuestos.

El porcentaje en el que aumenta el recibo de la contribución viene regulado por un coeficiente. El 11 de octubre de 2005, todos los grupos políticos aprobamos revisar año tras año este coeficiente para que la subida del I.B.I. fuese moderada. El Partido Popular incumplió este acuerdo y gracias a su mayoría absoluta, impidió la revisión del coeficiente, resultando un aumento exagerado de este impuesto que todos los ibenses notamos.

Con la propuesta presentada por el Grupo Municipal Socialista, en el último pleno, en la que se pedía que se revisara el coeficiente, hemos evitado que en 2010 el recibo del I.B.I. sufra una modificación al alza, se consigue que el impuesto se mantenga en los niveles de 2009, medida que nos parece justa tras las subidas estrepitosas del 36% al 205%. Esta medida aprobada con los votos de PP y PSOE sólo trata de corregir un poco el exceso.

Efectivamente, los impuestos son necesarios para que las instituciones puedan ofrecer servicios públicos de calidad pero la capacidad financiera de los ayuntamientos también depende de la gestión económica de quien gobierna. Se puede gestionar desde el despilfarro, el gasto a manos llenas y el descontrol o desde la rigurosidad, el control y la austeridad en gastos superfluos e innecesarios. El problema de Ibi no es precisamente que se hayan subido poco los impuestos.

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