Por Jordi García-Soler

Cuando ya han transcurrido más de nueve mes desde que el PP alcanzó su gran victoria electoral del pasado 20 de noviembre, el único balance posible del Gobierno presidido por Mariano Rajoy solo puede resumirse en dos frases: por una parte, incumplimiento prácticamente completo de sus promesas y compromisos electorales, y por la otra recortes drásticos y discriminatorios en políticas sociales, sobre todo en materia de sanidad, educación, cultura y fiscalidad. Un balance global claramente negativo, que sigue no solo sin dar respuesta a los graves problemas económicos de España sino que los agrava. Y todo ello con la excusa, una y mil veces reiterada, de que “no hay alternativa”.

No obstante, en tan solo dos meses, en Francia, el Gobierno socialista presidido por François Hollande ha tomado una serie de medidas políticas, económicas, fiscales y sociales muy distintas y que ponen en evidencia que sí existen alternativas progresistas ante la crisis que padecemos. Medidas que comportan importantes reducciones en el gasto público sino que tienen también un evidente signo de ejemplo. Baste citar solo algunas de estas medidas adoptadas por Hollande en sus dos primeros meses de mandato presidencial:

Supresión de los 2,3 millones de euros destinados a la financiación de exclusivos centros escolares privados propiedad de la iglesia católica, con los que ha puesto en marcha 4.500 nuevas plazas públicas en jardines de infancia y otras 3.700 plazas más en escuelas públicas.

Reducción en un 25% de los sueldos de todos los funcionarios del Gobierno, en un 32% de todos los parlamentarios y en un 40% de todos los funcionarios públicos con ingresos superiores a los 800.000 euros anuales, con un ahorro de cerca de 4 millones que se destina a ofrecer un salario mensual básico a las madres solteras en situación de precariedad.

– Establecimiento de un tipo impositivo del 75% en la tributación de todas las familias cuyos ingresos anuales son superiores a los 5 millones de euros, lo que permite la contratación de cerca de 60.000 licenciados hasta ahora en paro de de más de 12.000 nuevos profesores en la educación pública.

Obligación de todos los bancos de que se definan con acciones que les reportan beneficios económicos o les supongan pagar tarifas adicionales de intereses.

– Establecimiento del bono-cultura presidencial, que contribuye a la creación de empleo en el sector cultural en los actuales tiempos de crisis

Supresión de los coches oficiales, que ha subastado, destinando el dinero obtenido a satisfacer las necesidades más urgentes de los centros urbanos con suburbios muy deteriorados.

Abolición también de los llamados “vehículos de empresa”, con un ahorro de 345 millones de euros que hace posible la puesta en marcha de 175 institutos de investigación científica.

Estas y muchas otras medidas similares adoptadas en solo un par de meses en Francia por el nuevo Gobierno socialista presidido por François Hollande demuestran con claridad que sí existen alternativas progresistas a la política antisocial y regresiva que en España venimos padeciendo desde el acceso de Mariano Rajoy a la presidencia del Gobierno. Unas medidas progresistas y de izquierdas, propias de una alternativa socialdemócrata, que los socialistas de nuestro país deberían explicar y presentar ante la ciudadanía como su propia alternativa política.

Fuente: elplural.com

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