22 de abril de 2014 

Tenemos un gobierno que con dinero público se ha dedicado a rescatar a la banca y que ahora, no lo dudemos, va a encontrar el suficiente para rescatar -de nuevo- a las empresas concesionarias de las autopistas. Es el mismo que dice no tener recursos para atendernos ni a nosotros ni a nuestros hijos en una sanidad y una educación pública que ya teníamos.

Por una parte el Partido Popular, con dinero público rescata una banca que por su propia mala gestión, no se si ambición o avaricia -sin olvidar el expolio de sus dirigentes- se encuentra al borde de la quiebra. Y como si de la otra cara de esa misma moneda se tratara, esa banca se dedica a ejercitar desahucios, dejando sin techo a familias completas sin recursos que, no nos olvidemos, han financiado dichos rescates a través de sus impuestos, alimentando al monstruo que les devora.

Tras ver el programa televisivo “El objetivo” de este pasado domingo, no he podido aplazar por más tiempo algo que, desde hace unos meses quería decir públicamente.

Como si de una operación mágica se tratara, parece que de la noche a la mañana, hemos salido del hoyo, nuestra sociedad ya no está en crisis, estamos creciendo económicamente. O eso es de lo que nos intentan convencer.

Dice Montoro, De Guindos, Mato y hasta el propio Rajoy que ya no hay recesión. Ya hay recuperación. De la noche a la mañana. Lo dicen y lo repiten como si de un verdadero mantra se tratara.

Para convertir sus mentiras en verdades, no tienen pudor en desmentir los informes de organizaciones que hasta hace poco les merecían a ellos y a nosotros toda credibilidad. Sin empacho niegan los informes de Cáritas, de Unicef, de Ayuda en Acción, etc.

Seguimos con un desempleo superior al 25%, el juvenil está por encima del 30% y los mejores se nos van a otros países, pero ya hay recuperación.

Los sueldos siguen bajando hasta niveles de los años noventa, tenemos que el gas, la electricidad, el agua potable, el combustible y los bonos de transporte para ir a trabajar así como los impuestos, etc. siguen al alza. Pero no hay recesión.

Las condiciones laborales se asemejan cada vez más a las de los países orientales. Los pocos contratos de trabajo que se consiguen son en condiciones de total precariedad. Los contratos indefinidos no llegan al 6% de esos pocos. No estamos en recesión, dicen, ahora ya somos competitivos. Como si de un macabro chiste se tratara.

En los comedores sociales faltan plazas. Los bancos de alimentos están vacíos, se ven superados. Pero dicen que estamos saliendo y que queda poco porque lo notemos.

Algo falla. Ayer nos encontrábamos inmersos en una profunda crisis. Tras acostarnos, ha amanecido y lo que era ya no es. Estamos creciendo y no hay recesión.

En el programa de Ana Pastor nos informaban que somos el segundo país de Europa, detrás de Rumanía, con mayor tasa de pobreza infantil. Dos millones y medio de niños ya se encuentran en situación de pobreza. Los propios profesores de los colegios reconocen que los niños acuden al colegio mal alimentados. Comen legumbres y pastas pero, en su casa no pueden consumir carne ni pescado, vitaminas y proteínas cero. Mi generación eso lo escuchaba de personas ahora octogenarias. Lamentablemente parece que, para los de siempre, la historia se repite.

Mientras esto sea así, nadie del gobierno -sea del partido que sea- puede sacar pecho y decir que ya no hay recesión.

No hay varita mágica. Donde quieren que veamos magia, solo podemos ver un burdo truco de ilusionismo.

Esta es la cruda realidad (la nuestra, no la de ellos).

Vicente Bernabeu

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