El 24 de octubre de 1970, los países más ricos hicieron la promesa de destinar el 0,7% de su riqueza y destinarlo a ayudas para los países más pobres. Esto no soluciona, ni mucho menos, la gran desigualdad de este mundo, pero ayuda a mitigar el hambre y a solucionar problemas de salud en muchos lugares del mundo.

El ayuntamiento de Ibi también aprobó destinar el 0,7% de los presupuestos municipales para ayudar a países en vías de desarrollo. Por ejemplo, los últimos años se aprobaron proyectos para la formación e inserción social de menores con diversidad funcional en el Sáhara, ayuda para la creación de un centro oftalmológico en américa latina o el apoyo económico para que los niños y niñas saharauis puedan seguir viniendo a pasar sus veranos en paz.

Este año, el equipo de gobierno del PP ha decidido que no va a destinar esa partida al fin que tiene. Que destinaran ese dinero a las asociaciones locales que trabajan servicios sociales.

Que nuestras asociaciones locales vean aumentadas sus ayudas nos parece muy bien, pero no a costa de los que menos tienen.

La Sra. Herero se excusa en que el motivo de ese cambio de criterio responde a que no les ha dado tiempo a convocar dichas ayudas en todo este año pasado. Esta afirmación, además de suponer una confesión de ineptitud en la gestión de un equipo de gobierno con mayoría absoluta (otra vez les pilla el toro, la vaca y el manso), lo dicho no es del todo cierto ya que los presupuestos de 2021 siguen prorrogados y, por tanto, aún podrían destinar esa partida a su objetivo original.

Es una decisión inmoral y ruin. Eso sí, es fácil y cómodo olvidar a los que menos tienen si están lejos, si no se les ve. Ni caridad ni justicia social.

Si el equipo de gobierno del PP quisiera ayudar realmente a nuestras asociaciones (que falta les hace), convocarían de una vez la Mesa de Dependencia que hemos solicitado hasta en 6 ocasiones y se sentarían con las entidades locales para ver cómo aumentar las transferencias que se les destina. Si creyeran en los servicios sociales públicos, además de tener en cuenta a las asociaciones de la rama, tendríamos unos servicios sociales municipales sin falta de personal. Pero no, prefieren dejar de ayudar a los más pobres para solucionar un problema que ellos mismos han creado.

El gobierno de Serralta se ha convertido en la antítesis de Robin Hood, quien robaba a los ricos para dárselo a los pobres.

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