Ingredientes:
Abanderadas con mucha ilusión.
Capitanes muy muy festeros.
Mantenedor/a culto/a y comunicador/a.
Un presentador y una presentadora valientes , preferiblemente amateurs por su frescura e implicación.
Una Comisión de Fiestas trabajadora y comprometida.
Música al natural.
Mucho cantidad de público entusiasta.
Y una Corporación Municipal ofreciendo apoyo al acto.
Elaboración:
Se macera la música en un taller durante todo el año, dedicándole mimo y talento.
Se reúnen todos los ingredientes de la Comisión de Fiestas en un recipiente durante muchas jordanas sin prisa pero sin pausa, aportando ideas, compromiso y capacidad de trabajo sin esperar especial reconocimiento, más bien críticas constructivas.
Se prepara un hojaldre de guión untado con desparpajo para los presentadores que tendrán que darle forma.
Se cuecen poco a poco las abanderadas dentro de un mar de peluqueros y estilistas, dejando a cada cuál como más le guste. (Nota: el resultado siempre es satisfactorio y deslumbrante.)
Se sumerge a los capitanes en música festera, bocetos, sueños e ilusiones de toda una vida .
Se liga bien la Corporación Municipal para aderezar correctamente la mezcla.
Se deja cocer todo dentro de un recipiente amplio y generoso, a poder ser en un nuevo Teatro Río (para ello se necesita un Ayuntamiento ahorrador, honesto y trabajador). Si no es el caso, presentar lo mejor posible en un Centro Cultural, como se hacía antaño.
Servir caliente al público.
El resultado en un compendio de sabores festeros que impregnan el paladar, dejando un retrogusto en los sentidos que se almacenan por siempre jamás en nuestra historia personal y colectiva.