por Susana Hidalgo

Hay mucho cine para entretener y divertir, pero hay menos cine comprometido, obras que te hacen reflexionar y sobre todo y aunque te deje destrozada por unos días, te abren una puerta a la esperanza, como es el caso de esta película canadiense escrita y dirigida por Denis Villeneuve, a partir de una obra de teatro del libanés Waidi Mouawad, donde la espiral de maldad es insoportable, y sólo puede terminar cuando el amor “rompa el hilo de la cólera” como dice uno de los personajes.

La dirección de Denis consigue magistralmente hacer digerible pasajes tremendos, te va sorprendiendo continuamente y las interpretaciones son más que maravillosas .

 Los planos cortos sobrecogen, a ritmo lento se desgrana un historia de sufrimiento que los personajes centrales van descubriendo al mismo tiempo que los espectadores.

No hay buenos ni malos.
Una verdadera obra maestra, si puedes no te la pierdas.

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