No te enfades si se olvida de tu nombre…
No te asustes si se olvida de tu rostro…
No le grites si no te entiende…
Quiérelo, toma su mano y observa sus ojos.
Él te quiere.
Bellas palabras que verdaderamente esconden tras de sí una terrible realidad. La enfermedad del Alzheimer es sin duda una de las lacras que nos amenaza a todos, todo podemos ser alcanzados por esta enfermedad, la enfermedad del olvido.
Estos días hemos visto como incansables, mujeres y hombres, se han echado a la calle una vez más a recordarnos a todos que el Alzheimer está ahí, al acecho y que en cualquier momento nos puede sorprender. Son familiares y amigos de personas allegadas a las que les ha tocado sufrir esta enfermedad.
A los ciudadanos solo nos piden nuestra ayuda y colaboración, unos hombres y mujeres que están dando lo mejor de ellos para hacer más llevadera esta terrible enfermedad que les golpea también a ellos, viendo impasibles como se deterioran sus seres más queridos.
Y ante todo esto parece que la administración mira hacia otro lado. Es bochornoso, insultante y patético constatar que a estas alturas tengamos el Centro de Día de Ibi totalmente bloqueado. No se puede consentir que los que nos gobiernan en Ibi y en la Generalitat Valenciana se rían en nuestra cara. No vale, no nos pueden engañar echándole la culpa a la Crisis.
Si no hay dinero, se busca, se quita de donde sea. Gastarse más de 90.000 € en traer el musical “Hoy no me puedo levantar”, por lo visto es más importante, gastarse 1.000.000 € en “embellecer el pueblo” es lo más necesario. Simple y llanamente es una poca vergüenza.
Más de 5 años esperando que se abra esta instalación, dos o tres inauguraciones, dos o tres Consellers. Lo cierto es que siendo esta la enfermedad del olvido, muy pronto ha afectado a los que nos gobiernan, porque a la vista está que han olvidado todas sus promesas.
UN POCO DE HUMOR A LO QUE NO LO TIENE , ESPEREMOS QUE LA CIENCIA NOS DE MAS ESPERANZA PARA RECORDAR EL RECUERDO.
Lo importante es seguir reuniéndose:
Un grupo de amigos cuarentones se encuentran para elegir el sitio donde van a cenar todos juntos. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central , porque las camareras son guapas, llevan minifalda y escotes generosos.
Diez años después, los mismos amigos, ya cincuentones, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar
en el restaurante del Café Central , porque el menú es muy bueno y hay una magnífica carta de vinos.
Diez años después, los mismos amigos, ya sesentones, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central , porque es un sitio tranquilo, sin ruidos y tiene salón para no fumadores.
Diez años después, los mismos amigos, ya setentones, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central , porque el restaurante tiene acceso para minusválidos e incluso hay ascensor.
Diez años después, los mismos amigos, ya octogenarios, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central , y todos coinciden en que es una gran idea porque nunca han cenado allí.
Ríete, pero vete acostumbrando…